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La tenencia de aves en los hogares es algo más complejo de lo que la gente se suele pensar. El cuidado de aves psitácidas (comúnmente conocidas como loros) va más allá de tenerlas en pequeñas jaulas con comida y agua constante; son animales que requieren de atención, de estimulación mental y de socialización, entre otros.
De hecho, si este tipo de necesidades no se cubren, empiezan a surgir patologías y comportamientos extraños en los loros y que, en muchas ocasiones, pueden causarles enfermedades graves tanto a nivel físico, como psicológico. Ejemplo de ello es el picaje.
El picaje es un problema complejo. Se trata de un conjunto de comportamientos que cuando se expresan en el animal, contribuyen a dañar el plumaje suyo o incluso el de un tercero.
Es uno de los trastornos más comunes en loros.
Los motivos por los que las aves sufren picaje pueden venir causados por problemas médicos como la presencia de parásitos, por ejemplo; o de origen psicológico, siendo éste el más típico. Aunque puede haber muchos motivos, la causa más común es la falta de socialización, es decir, el vivir en soledad o en ausencia de un grupo social,
"Cuando viven solos se frustran y eso les genera una ansiedad que en muchas ocasiones desembocan en el picaje. Al final, este trastorno es un síntoma de que el animal tiene las necesidades básicas muy mal cubiertas, sean sociales, de espacio o cualquier otro tipo", explica el experto en psitácidas.
Cuando un loro sufre picaje tiene diferentes formas a través de las cuales se puede manifestar, ya que no todos son iguales. Pueden ir rompiendo sus propias plumas o llegárselas a arrancar e incluso picar a otros a su alrededor en los casos en los que convivan con otro pájaro.
"Si las plumas de la cabeza están perfectas pero en el resto del cuerpo faltan, es muy posible que se trate de picaje"
"Identificar que un loro sufre picaje es complicado. Si ves que empieza a perder plumas puede ser también por la muda, por lo que yo siempre recomiendo observarles durante todo el día a través de una pequeña cámara de vigilancia", aconseja.
Igualmente, si por ejemplo las plumas de la cabeza están perfectas pero en el resto del cuerpo faltan, es muy posible que se trate de picaje ya que ellos mismos no se alcanzan a quitarse las plumas de esa zona.
Como con cualquier otro comportamiento extraño, lo primero que se debe hacer es acudir al veterinario para
descartar que se trate de una causa médica. "Una vez sabemos que no es ninguna enfermedad, empezaremos a pensar en los factores psicológicos", explica el experto.
Tras estudiar el entorno del animal, empezaremos a modificarlo poco a poco, su espacio, su forma de entretenimiento, sus rutinas... Todo con el fin de proporcionarle una buena calidad de vida que disminuya esa ansiedad que le provoca automutilarse.
Para evitar que un loro tenga este tipo de trastornos deberemos ofrecerle un entorno apropiado en el que el animal sea capaz de cubrir sus propias necesidades (sociales, intelectuales, cognitivas...). "Si el entorno satisface todo esto es poco probable que se den trastornos como el picaje o problemas similares", añade el cofundador de Avetropic.
"Las consecuencias del picaje son bastante graves, ya que van desde la falta de unas pocas plumas a la casi completa desaparición de las mismas, lo que conlleva problemas de regulación de temperatura. Además, las heridas que se provocan pueden infectarse, aunque para mí, lo peor son los problemas psicológicos que lo originan", concluye.
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